Por un lado quise abrir un blog, un nuevo blog, para poder decir algo. Todo se vuelve difícil cuando no sabemos que decir, pero al mismo tiempo tenemos tanto para contar, que en el preciso momento que queremos transmitirlo en palabras se vuelve más difícil.
Ahora pienso, mientras escribo. Empeze sin saber que decir, y sin embargo, estoy diciendo algo.
Igual, a que fin estoy llegando? A ninguno, no hay fines. No me gustan los fines. Aúnque me gusten los finales felices de los libros, de las películas, de los problemas, tengo la costumbre de imaginarme como seguirá después de ese gran final. Esa pareja enamorada, que su "final" término en color de rosa. Por más ficticios e irreales que sean, para mi su final nunca se termina, tiene que seguir, por lo tanto las historias con finales abiertos dejan tanto que desear. Mismo ya sean hechos reales, necesitaría más.
Supongo, que terminare así por ahora. Sin una conclusión final. En este momento cree mi blog, son las 2:25 puntales y el insomnio me sobrepasa. No muy difícil de pensar.
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